El éxito y el fracaso están entrelazados. Podemos tener éxito en cualquier cosa. O al contrario, podemos fracasar en cualquier cosa. Y, en realidad, ninguno de los dos nos define (a menos que se lo permitamos).
Tampoco podemos controlar si lo que hacemos será un éxito o un fracaso. La mayoría de nosotros probablemente elegiría no fracasar.
Los éxitos anteriores, el talento adquirido, las conexiones que hemos hecho… ayudan, pero a veces no son garantía de nada.
Si el éxito fuera algo que pudiéramos controlar fácilmente, lo primero que haría sería inventar la cura de la enfermedad mas grave, en forma de barra de chocolate!
He intentado escribir, desarrollar un software, crear cursos online, crear un SaaS, y otras cosas más.
He tenido algunas victorias, muchas derrotas, y a veces siento que ahora tengo más preguntas sobre cómo ser un adulto que se gana la vida, que cuando era adolescente.
Las victorias provienen de no dejar que los errores que he cometido se conviertan en contratiempos, más que de tener una gran cantidad de conocimiento o talento. Muchos le llaman a esto experiencia.
Ganamos no porque no cometamos errores, sino porque la cagamos bastante como para aprender que ese error nos han llevado a la única solución alternativa posible: hacerlo mejor la próxima vez.
Y luego -más difícil aún- es saber cuándo algo requiere perseverancia y cuándo requiere darnos por vencido para hacer otra cosa. A veces es, básicamente, una guerra de desgaste.
Poner dinero, invertir tiempo, adquirir conocimiento y experiencia, pueden ayudar, pero no siempre nos llevan al éxito, y la verdad es que controlamos mucho menos de lo que creemos.
Lo que sí podemos controlar, o mejor dicho, aprender a controlar, es en qué gastamos nuestro dinero, en qué enfocamos nuestro tiempo y nuestro esfuerzo y qué habilidades adquirimos.
Así que, si podemos tener éxito o fracasar en cualquier cosa, ¿por qué no tener éxito o fracasar en algo que realmente nos importe?
Puede que no tenga una bola mágica (o una que funcione bien, creo que la mía esta dañada), pero he ido aprendiendo a alinear lo que hago con lo que es trabajo importante para mí y dejar que lo que ocurra, ocurra.
El trabajo importante tampoco es un absoluto, es más bien una brújula que me muestra la dirección en la que debo ir para poder hacer mas cosas.
Parece que es mejor fracasar en algo que realmente importa, y aprender la lección, que tener éxito en algo que no importa.
Hablando de las habilidades que adquirimos, he creado un mini-curso por email sobre los fundamentos del emprendimiento, totalmente gratuito, donde puedes conocer los factores que nos llevan a querer resolver problemas en nuestro entorno y cómo crear las soluciones a través de un emprendimiento o proyecto. Si te interesa, anótate aquí.